viernes, 10 de septiembre de 2010

Hasta la victoria, siempre

Una pequeña, pequeñísima batallita ganada, apenas un bastión; una de esas gotas-lugar común de la trillada y rastrojeada metáfora del océano y bla bla ble.


G. es mi alumno. Tiene 12 años e inclinaciones delincuentes.
(lesto... lo escribí)

Y nada de profecía autocumplida, o de discriminación, ni de esta docente haciendo juicios sobre sus alumnos, ná.

Cortemos un poquito esa hipocresía políticamente correcta que queda muy elegante... y vacía.

Hay cosas que son como son.
Si no definimos los problemas con todas las letras necesarias no podemos actuar sobre ellos para intentar un cambio.

G. es mi alumno, decía. No abrió la carpeta en todo el año. Se sienta al fondo contra la pared (of course). Se caga a trompadas con sus compañeros. Difunde fotos de pornografía entre los celulares de las blancas palomitas. Fuma porro. Sus padres jamás pisaron la escuela.

En clase de Matemática construimos los sólidos platónicos: son cinco poliedros a los cuales Platón asignó los cuatro elementos naturales: agua, fuego, tierra, aire... y el quinto, el famoso: la energía del universo para algunos... un elemento natural más para otros...

G., en su casa, buscó en Internet sobre este quinto elemento.
Encontró que algunos pensaban que era la madera. Otros, el viento. Otros, el metal.

Y yo me fui a la mía más que contenta.

5 comentarios:

Anita dijo...

Que lindo!, a veces si se enganchan con algo que les interesa pueden sorprender, no?

Beso!

(soy Nina, cambié el nick)

Vero dijo...

Las cosas vienen de un lado y te las reintegran por otros lugares desconocidos.

Yo también tenía un compañero así, me acuerdo (hdp).

Lalylau dijo...

gabs 2
alumno 1
jejeje
eso es genial, lograr movilizarlos de alguna forma!!

Desmadeja dijo...

Gracias a todas chicas, la verdad es que estas pequeñas "victorias" te devuelven la perspectiva y las ganas de seguir.

Un beso

El Vasco dijo...

Viste cómo uno la pega a veces sin darse cuenta...
Lástima que no dura.