sábado, 14 de agosto de 2010

Marmalade Skies

Siempre cultivé un paisito para mí. Un mundo loco con vida propia, y andamios en la
imaginación. Oh, la imaginación!
  • Cuando era chica, mi papá me decía que los truenos se debían a que en el cielo "estaban corriendo los muebles". Y yo me figuraba unos señores gigantes, habitantes celestes y por lo menos tres, que empujaban muebles muuuy pesados en su salita de estar (fundamentalmente placares).

Claro. Ése no vale tanto che. Porque de chicos nos creemos cualquier cosa. ¿O nadie se imaginó alguna vez que adentro de la tele vivía gente pequeña?

El concepto se torna gracioso - ¿preocupante? - cuando a mis dulces veintiocho tengo estos botones de muestra:

  • Cuando veo autos en venta señalados con un cono plástico fluorescente sobre el parabrisas, me imagino que son unicornios (!).
  • Cuando escucho la parte de la canción/poema : "... caminante, no hay camino; sino estelas en la mar"...
¡Sí señores! ¡Me imagino un mar lleno de minas flotando que se llaman Estela! (que son rubias o castañas claras, de cabello ondulado y peinado armado, vestidos años 50 y bandejas de masitas recién horneadas).


Y me río sola.

sábado, 7 de agosto de 2010

La intolerancia de los tolerantes

El titulito lo dice todo.

Últimamente me encuentro con muchos que proclamando la tolerancia como ideal, como valor universal, encuentran dificultades para bajarla al material world.

Obviamente, no todos. Vamos, que no comulgo - ni literal... ni en figurado - con los absolutismos y las generalizaciones. Como todo, hay de todo.

Pero, retomando, decía. Que últimamenchi me encuentro ejemplares así.
Y en contraste, más de otro que boquea su puteada o elige ruido y adrenalina, en los hechos tolera y respeta mucho más, con mentalidad incluso más abierta.

Las contradicciones que nos humanizan.