miércoles, 3 de febrero de 2010

Cuando sea grande

El otro día hablábamos con V., amiga de esas incondicionales, con todo un historial en años, vivencias. Y ante una situación me escucho diciendo:

- ... ¿y probaste hablarlo con algún adulto?
(silencio de V. seguido de) - ehm... se supone que las adultas somos nosotras...

Y sí, la ficha me había caído apenas terminé de pronunciar la frasecita.
Somos adultas. Soy. Carajo.
¿Y ahora?

El futuro llegó. No es tan malo eh. Pero asusta.
A veces extraño esas tardes al pedo, esas noches mirando la luna y los amaneceres.
Una nostalgia rara, porque no quiero detenerme ahí. Es un mezcladito.
Me siento en una transición, siento etapas quemadas como se dice, y bien quemadas.
Y la incertidumbre ronda. Y a veces también un gusto amargo a cuesta abajo. Maldito reloj.
¿maldito? ¿realmente?

De a ratos, sí : claro.
Pero rebobino - en estos días sin internet, de vuelta a los ochenta, a full con la radio-casettera, la palabra cuaja - y me tildo con Sabina y su sabio decir..

...al lugar donde has sido feliz, no debieras tratar de volver...

Qué buena frase. Qué adecuada, cómo calza en mi estado melancólico.

6 comentarios:

Vero dijo...

Me queda chico el nido, y definitivamente el futuro nos debe una: a vos, a mi y a unos cuantos perdidos más...

Desmadeja dijo...

tenés razón... pero a no bajar esos brazos... un beso.

El Vasco dijo...

Uffff, me pasa lo mismo.
Tiene razón sabina. Me pasó cuando intenté ver los programas de tele que me gustaban de chico. Una bosta. No hay que volver.

Desmadeja dijo...

... me parece lo más sano...
un saludo!

Laly dijo...

el tema es no perder la esencia!!!

Desmadeja dijo...

totalmente sis. Beso, te quiero!