Cumplir 30

Fuimos al cumple de M., una de nuestras amigas más queridas.
Persona excelente, interesante, divertida; linda, con personalidad.

Y deprimida porque cumplió 30. Pero no solamente por la aguja que marca las horas - creo que a ninguno nos gusta seguir cumpliendo; maldito reloj!!.

M. tenía toda un construcción mental de lo que ella sería/haría/lograría para entonces. Y la vida le sucedió, y no tan mal como ella lo percibe.

Muchas charlas hemos tenido al respecto; todas con eje en lo que la sociedad espera de uno al cumplir 30. M. dice que el mandato social es muy fuerte, que uno tiene que - ya listo, apareció ¬¬ - haber logrado ciertas cosas.
M. dice, además, que yo no puedo entenderla bien porque estoy adaptada a lo que la sociedad reclama.

... cri cri ....

¡¡a mí la sociedad me chupa un huevooo!!


No fue fácil, claro. Pero tal vez ése sea mi logro.
Tengo esa libertad.
Eso de la adaptación me suena a coincidencia, tan solo, ni siquiera una feliz - porque no le doy valor!


De todas maneras, todo se aclaró ayer. Compartí dos o tres horas con la familia de M. - papás, tíos -. Y me sentí muy, incómoda. Y entendí todo - la entendí.
De ahí viene todo lo que le pasa: el mandato, la adaptación, el no ser lo que ellos esperan.
Aún siendo divina, toda una mujer.

Me dio mucha bronca la familia, me dieron ganas de contestarles, de frenar esos "chistes" hirientes, de mandarlos a guardar.
Me quedé pensando en M. y en cada mujer que la rema como ella.

Demasiado daño nos hacen. Conciencia de género, sí.
No son cuentos ni locuras de lesbianas resentidas.

Para cerrar, un poquito de humor... muy a propósito de todo esto... y muy gracioso porque me mata el doblaje gallegoo!!