jueves, 11 de noviembre de 2010

Me enamoré del único chico que vive en la luna

(éste es un secreto que en realidad no es)


Una de esas noches, calma y cómplice, que me gusta caminar, pasé por ahí.

Y yiré un poquito más en torno a ella.

Muchas otras veces lo había hecho, pero ninguna vez antes lo había visto

(la luna es grandota).


Y allí estaba, sentadito. Calmo y cómplice.

Único habitante.

Y por un instante que fue efímero al fin, pero que supo parecerme eterno,

tuve ganas de orbitar para siempre.


El chico en la luna me espera.

No me va a tejer una escala de rayos plateados,

ni a enviar un Mercurio de alas en los pies.

Ni va a dejar su luna en el agua clara, porque el pertenece allí.


Y yo soy del viento.

De todas y de ninguna parte.



(Pero el único chico en la luna).

martes, 2 de noviembre de 2010

Oh blancas palomitas

Alta en el cielo ( chun chun )
un águila guerrera
se me hizo la canchera
la bajé con la gomera....

(...)

... Y al latir
su corazón va repitendo
olor y grasitud
al gran Sarmieentoo!

olor y grasitud, y grasitud!! gloria y olor... !


Herejías de la escuela primaria
cantadas en secreto
a lo bajito
con los primeros gustos a transgresión niña.